Los profesores de matemática escuchamos, frecuentemente,
frases tales como: “… profesor, yo odio las matemáticas….”, “…las matemáticas y
yo no somos muy buenos amigos….”, “… siempre tuve problemas con las clases de
matemáticas…” o la más terrible de todas: “… ¿para qué necesito la matemática…?..”.
Todas estas frases muestran un problema mucho
más profundo que el simple rechazo de un grupo de estudiantes a una materia
determinada: Nuestros hijos reciben clases de matemáticas durante toda su vida
escolar, pero la mayoría no logra percibir la relación y el papel de esta
ciencia en su actividad diaria, más allá de su oficio o profesión.
¿Cuál es la causa? ¿Será incapacidad de los
profesores que nos precedieron? ¿Estará el motivo en los libros de texto? ¿Serán
deficiencias en la concepción de los programas de estudio? Yo no pretendo
responder estas interrogantes, pues no tengo elementos de juicio que me
permitan arribar a una respuesta justa y objetiva. Invito a los estudiosos de
la pedagogía a que desentrañen la razón oculta de este rechazo, hacia una ciencia
esencial para el desarrollo científico - tecnológico y para el crecimiento
personal.
En mi opinión, la función de un profesor de
matemáticas va más allá de transmitir un conocimiento que algunos sienten como
indigerible y aburrido; el profesor es responsable de encontrar herramientas
motivacionales para convertir a esta ciencia en una materia interesante, para
descubrir la belleza oculta tras los números y símbolos, es el encargado de
guiar al joven en el desarrollo de su pensamiento lógico y analítico. Tenemos que sentir la necesidad de orientar a
nuestros estudiantes tal que uno de estos días, desenfadadamente, se nos
acerquen digan: “… Profesor, la matemática es realmente importante en mi vida….”.
A través de este artículo quiero exponer algunos
ejemplos muy simples, pero de la vida diaria, que nos muestran la importancia
de las matemáticas.
Comencemos con los problemas relacionados al
cálculo de porcientos:
Pensemos en el siguiente escenario: Este fin de semana nos vamos a ir de
compras. Necesitamos unas camisas, pantalones y un par de zapatos. Hemos
recibido en casa algunos de estos cupones de descuento que suelen llegar a
través del correo. Uno de los cupones es un “20% off” en una compra de más de $50.00
y el otro es de “$15.00 off” en una compra de igual magnitud. Supongamos que al
comprar las cosas necesarias el monto total a pagar es $68.56. La pregunta
es ¿Qué cupón de descuento usar para ahorrar más dinero? La siguiente tabla
ilustra el análisis que debemos hacer:
|
Total a pagar
|
Cupón usado
|
Cantidad que se ahorra
|
Cantidad a pagar
|
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$68.56
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$15.00 off
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$15.00
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$68.56 – $15.00 = $53.56
|
|
$68.56
|
20% off
|
20% de $68.56 se calcula como: 0.2($68.56) = $13.71
|
$68.56 – $13.71 = $54.85
|
Como se aprecia en la tabla anterior, en este
escenario pagamos menos usando el cupón de $15 off (podemos ahorrar $1.29
respecto al cupón de 20% off).
¿Qué pasaría si el importe de nuestra compra
fuera de $137.58?
|
Total a pagar
|
Cupón usado
|
Cantidad que se ahorra
|
Cantidad a pagar
|
|
$137.58
|
$15.00 off
|
$15.00
|
$137.58 - $15.00 = $122.58
|
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$137.58
|
20% off
|
20% de $137.58 se calcula como: 0.2($137.58) = $ 27.52
|
$137.58 - $27.52 = $110.06
|
En este caso emplear el cupón de 20% off nos
ahorrará muchos más dinero ($12.52 respecto al cupón de $15.00 off). La
explicación de este resultado radica en que mientras mayor es el costo de
nuestra compra, más dinero (descuento) representa el cupón de 20% off, mientras
que el otro cupón es un descuento fijo de $15.00.
Veamos un segundo ejemplo, también relacionado al trabajo con porcientos:
Como parte de una
inversión, hemos comprado acciones de una compañía “X” que cotiza en la bolsa
de valores. Supongamos que compramos acciones con un valor de $120.00 por
acción. Por determinadas razones del mercado el valor de nuestras acciones
disminuye un 20%, pero no vendemos, las mantenemos esperando un repunte y este
sucede, tal que tras un tiempo el valor se eleva en un 22%. La pregunta es: ¿Tenemos ahora
acciones con mayor, igual o menor valor que al momento de la compra?
Muchos podrían pensar que al ser el
incremento de un 22 % (mayor que el 20 % de reducción) tendrían más valor
nuestras acciones. ¿Será esto verdadero?
La tabla que mostramos a continuación, nos
muestra el análisis a realizar:
|
Valor inicial de la acción
|
Valor de la acción tras la
disminución del 20% de su valor
|
Valor de la acción tras el
aumento del 22% de su valor
|
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$120.00
|
El 20% de $120.00 se calcula:
0.2($120.00) = $24.00
Valor tras la disminución:
$120.00 – $24.00 = $96.00
|
El 22% de $96.00 se calcula:
0.22($96.00) = $21.12
Valor tras el aumento:
$96.00 + $21.12 = $117.12
|
Como bien se puede apreciar, a pesar de que
porcentualmente el incremento de valor fue mayor que la pérdida, el valor final
de nuestras acciones es menor ($2.88 menos por cada acción). Esto se debe a que
para calcular el valor de la acción tras la subida en el 22 %, debemos usar el
valor de la acción tras la caída del 20% (que es de $96.00 en vez de $120.00).
Pretendemos continuar publicando,
periódicamente, muchos más ejemplos del impacto de las matemáticas en nuestra
vida diaria (intereses que pagamos por préstamos recibidos, uso de la estadística
para predecir la probabilidad de ocurrencia de un evento, maximizar o minimizar
determinadas magnitudes, etc.); de modo que padres y maestros, trabajando de
modo coordinado, logremos motivar a nuestros hijos e incentivar en ellos el
gusto por una ciencia que no envejece y que va a definir a la larga nuestra
posición como potencia científica y tecnológica.
Nota: Este artículo fue publicado por mi (inédito) en la Edición # 28, del mes de Marzo, de la revista "Toys for Kids", Miami.
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