Hace un par de días publiqué, en este blog, un artículo expresando mi
preocupación ante una piscina totalmente infectada y contaminada, que
representa un peligro para la salud de los residentes de la Asociación Mango
Hill 9, en Hialeah.
Paralelo a esto y consciente del muy limitado alcance de mi blog, decidí
contactar a reporteros de un canal de televisión local (Americateve). Algunos
vecinos sonrieron escépticos cuando me vieron tirar fotos y oyeron de mi
intención de traer las cámaras de televisión al lugar, para que constataran e
hicieran pública la situación de la mencionada piscina. Uno de los vecinos, en
broma, llegó a ofrecerme un millón de dólares (que por supuesto el no tiene y que
yo tampoco intentaré cobrar) si lograba que alguien se interesara en nuestro
problema.
No habían pasado 12 horas de que contacté a la reportera Diana Montaño, de
Americateve, y ya tenía su respuesta: Estaba interesada en cubrir la historia.
Un excelente reportaje, mostrando cada arista del problema, fue presentado
en los noticieros estelares del canal. Pero la reportera fue aún más allá,
tratando de obtener declaraciones de la compañía encargada de la administración
del grupo de condominios y de los presidentes de cada una de las asociaciones
implicadas.
Estamos todos conscientes de que la batalla para lograr sanear esa piscina
solo está comenzando. Las asociaciones y las compañías que administran son muy
efectivas a la hora de cobrar, mensualmente, el aporte de cada dueño para el
supuesto mantenimiento y pago de seguro de las casas, instalaciones de uso
común y áreas verdes; pero triste y paradójicamente no son tan efectivos a la
hora de responder a las reclamaciones de los vecinos y la tan llevada y traída excusa:
“no hay dinero para esto….”, aflora constantemente ante cada queja.
¿Qué se hace el dinero que mensualmente es pagado a la asociación? Yo no
tengo la respuesta y creo que hasta Sherlock Holmes se vería en un aprieto,
para desenredar la madeja que se crea alrededor de este dinero.
Por el momento, el primer paso ya está dado. Nadie podrá decir, en caso de
una epidemia de dengue, fiebre del Nilo u otra enfermedad, que no sabían nada o
que nunca fueron alertados. Ya nadie podrá alegar (políticos de Hialeah
incluidos) que desconocían el estado, de putrefacción avanzado, de las aguas de
la piscina de Mango Hill 9.
Gracias a Diana Montaño y a Américateve por apoyarnos en esta empresa.
Gracias por atender nuestros reclamos y dar voz a los que, usualmente, no
tenemos voz.
Para ver el reportaje de Americateve pueden visitar el sitio web: http://www.americateve.com/videos
y buscar, en el listado de últimos videos: “Piscina en Hialeah”
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