miércoles, 12 de marzo de 2014

Mamá, mi maestro tiene una pistola…, o la Asociación Nacional del Rifle “secuestra” al Senado Estatal en Tallahassee.


No podía creer lo que comentaba Carlos Cataño en “De Regreso Casa, ayer en la tarde… Hasta esta mañana pensé que era una broma más de las que se “gastan” Marisol Correa y compañía…. Esta mañana, Nelson Rubio Y María Fernanda Silva, repetían nuevamente la noticia…. Ya no había lugar a dudas…. El “flamante” Senado Estatal de la Florida evalúa la posibilidad de pasar una ley que permita y subrayo: …que los maestros porten armas en las escuelas, con el fin de proteger a los niños,... Solo una pregunta machaca mi mente una y otra vez: ¿Se trata de idiotez o de mala intención?.... Parece ser sincero, estoy seguro que se trata de “cash”, muchísimo “cash”, que nuestros queridos senadores se van a meter en sus bolsillos (enmascarado en contribuciones de campañas políticas) si pasan tan beneficiosa ley a los intereses de la sacrosanta y omnipresente Asociación Nacional del Rifle (ANR).

Personalmente discrepo del uso y abuso alrededor de la posesión de las armas de fuego…. A los que mencionan la llevada y traída “Segunda Enmienda” a la Constitución de los Estados Unidos (el derecho a poseer y portar armas de fuego), les recuerdo que esta fue aprobada el 15 de diciembre de 1791 (hace más de dos siglos) y en un contexto nacional muy diferente al de hoy…. También debe destacarse que la Suprema Corte de los Estados Unidos ha declarado que: “….este derecho no es ilimitado y que no prohíbe que se establezcan regulaciones sobre las armas de fuego y dispositivos semejantes….”.

Pero hoy no se trata de filosofar alrededor de la “actualidad” de esta enmienda y sus implicaciones en nuestras vidas. Hoy quiero hablar de algo mucho peor: de cómo los legisladores estatales y federales venden sus conciencias y voluntades a la todopoderosa ANR, haciéndose “esclavos” de sus deseos e intereses.

Hemos escuchado en los últimos años, de decenas de masacres en escuelas… masacres perpetradas por alumnos que han sido víctimas de acoso y deciden vengarse de sus acosadores; masacres inexplicables de muchachos “normales”, con amigos y buenas relaciones, pero que un día deciden imitar a Billy “el niño” y hacen victimas de sus disparos a los que hasta hace unas horas eran sus amigos: alumnos que deciden “cazar” a maestros demasiado exigentes y los salen a buscar rifle en mano y hasta hemos escuchado de “tipos” definitivamente locos que entran a una escuela y disparan indiscriminadamente, solo porque el azar los llevo hasta allí. No contemos los disparos accidentales, de chicos que solo querían exhibir el arma de sus padres y terminan quitando la vida a un amigo/a.

Han sobrado las peticiones, a todos los niveles, para que se hagan más estrictas las regulaciones sobre el control de armas, incluyendo: que se haga un verdadero chequeo de antecedentes penales; que armas de determinados calibres (considerados de guerra) no estén disponibles a la venta; que en las ferias de armas se cumplan las mismas regulaciones que cuando Ud. compra en una tienda; que el dueño de un arma de fuego tenga responsabilidad total sobre el crimen cometido por otra persona, si su arma es empleada para este crimen; que Hollywood y las compañías que fabrican los videojuegos, pongan coto a la violencia explicita y desmedida en juegos y películas. ¿Para qué clasificar una película de PG-13, solo porque dos personas se besan en la boca (un acto de amor) y después poner en manos de nuestros hijos juegos donde puedes picar en dos a alguien con una sierra eléctrica y ver como la sangre chorrea por la pantalla de tu televisor?.... Inaudito….

Nadie ha escuchado estas peticiones. Todos los legisladores y autoridades electas miran hacia otro lado o hacen declaraciones ambiguas. Es como si temieran enfrentarse a los intereses de la ANR,… Saben bien que al elector común se le puede “adormecer” con falsas promesas que serán olvidadas luego, pero que la ANR tiene memoria de elefante y graba en piedra el nombre de los que se oponen al negocio de las armas. Enfrentarse a la ANR, es saber que tu nombre estará en su lista negra y “sembrarán” un candidato en tu contra en las próximas elecciones y además lo dotarán de dinero ilimitado para hacer campaña de desprestigio…

Todo esto que he contado es verdad irrefutable y establecida, pero esta última noticia de autorizar a maestros que lleven armas a las escuelas es lo más aberrante y asqueroso que he escuchado en años… Yo he sido maestro por 18 años (los últimos tres años en E.U) y no imagino a un MAESTRO (y escribo en mayúsculas para distinguir al verdadero maestro, al que enseña con amor, de esos que no son más que mercaderes de la educación) con una pistola bajo la camisa…. ¿Qué mensaje recibirían nuestros hijos si ven a sus maestros armados? ¿Acaso pensarán que los problemas de la sociedad se enfrentan a puros balazos como en “Erase una vez en el Oeste” de Charles Bronson? ¿Quién nos garantiza que uno de estos días un maestro, un poco deprimido, con problemas financieros y familiares no decida pegarse un tiro frente al aula, o aún peor, decida pegarse el tiro, pero antes llevarse consigo a un par de adolescentes malcriados e irrespetuosos (como son casi todos los adolescentes)? ¿Qué nos garantiza que un alumno aproveche un descuido y tome la pistola del maestro y dispare contra este o contra otro alumno? ¿Por qué uno de los alumnos no podría, para imitar a su maestro decidir llevar también una pistola al aula?

Algunos responderán a mis interrogantes de este modo: “Vamos, es que se trata de maestros,… se supone que sean incapaces de dañar a los alumnos…”. Exacto, se supone y de hecho la mayoría estará dispuesto a dejarse matar antes que alguien toque con el pétalo de una rosa a uno de sus alumnos; pero también se supone que no abusen sexualmente de un alumno y algunos lo han hecho; se supone que no usen violencia física y con alguna frecuencia vemos videos de maestras y maestros golpeando con rabia a un alumno; se supone que las maestras no tengan relaciones sexuales con adolescentes y muchas han sido despedidas y enjuiciadas por tener sexo incluso dentro de aula…, se suponen tantas cosas. El caso no se trata de suponer, el caso es entender que el maestro, el mejor de todos es también un ser humano y tienen “bajos” instintos como todos los seres humanos, tienen días “malos”,  se “enferman”, se agobian, se deprimen, como mismo le puede suceder a un policía, un electricista o a un médico.

Pero más importante que todo lo anterior es que es incompatible la función del maestro, con llevar un arma de fuego a la cintura…. El maestro debe promover un ambiente de armonía, de paz, de amor, ensalzar el respeto a la vida, a los derechos de los demás. El maestro debe enseñar a dialogar, a conceder, a reconocer los errores… El maestro no es solo un instructor de conocimiento técnico, es también un formador de valores, un espejo en el que mirarán sus alumnos. ¿Cómo se puede promover la paz y el diálogo con una pistola en la cintura o en la gaveta del buró?

Mi pregunta es: ¿Si la Asociación Nacional de Rifle esta tan preocupada por la seguridad de nuestros hijos, por qué no dona fondos a los departamentos de policía locales, tal que se pueda aumentar el número y los recursos de los policías escolares? Bien podrían pagar ellos, que tanto ganan con las armas de fuego, para que en frente de cada escuela, de cada distrito escolar, permanezca una patrulla de la policía escolar estacionada, velando por la seguridad de nuestros hijos.

Y a nuestros legisladores: Legislen si, legislen, para aumentar los recursos para escuelas, para que más escuelas sean reparadas, para que se haga mejor trabajo de prevención de la violencia, para garantizar que cada alumno reciba un almuerzo saludable (no las pizzas pequeñas y mantecosas que mis hijos me mencionan día tras día). Legislen, si, para aumentar el acceso a la salud por parte de los ciudadanos, para disminuir impuestos, para aumentar el ridículo salario mínimo, para limitar el abuso de las aseguradoras…

Nuestros legisladores quizás no son conscientes que están en la legislatura estatal para representarnos a nosotros, los ciudadanos de a pie, para defender nuestros intereses y no para ser ESCLAVOS de los deseos y mandatos de organizaciones y empresas todopoderosas que se enriquecen con la muerte y el sufrimiento.

 

 

 

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