Parte I: Requisitos para ser
acreditado como Universidad o College.
Todos los que de algún modo u otro hemos estado vinculado al mundo
académico bien sabemos de los rigurosos y variados requerimientos que debe
satisfacer una institución educativa para ser llamada UNIVERSIDAD.
Tomemos como ejemplo a New England Association of Schools and Colleges
(NEASC) https://cihe.neasc.org/standards-policies/standards-accreditation que en su sitio web deja bien claro que
los estándares de acreditación contienen lo que una Universidad o “College”
debe hacer para merecer la confianza y credibilidad pública y como estos
estándares funcionan como un marco para el desarrollo institucional y la
autoevaluación.
En el caso de NEASC, por ejemplo, los estándares son actualizados al menos
cada diez años para readaptarlos a la cambiante realidad del mundo educativo y
científico – tecnológico.
Algunos de los estándares de NEASC se refieren los programas académicos
(estándar 4), los profesores y resto del personal de apoyo (estándar 6) e
integridad y transparencia (estándar 9) entre otros.
En cuanto los programas académicos queda muy claro que estos deben
conducir a la obtención de un grado (diploma) en un campo de estudio
reconocido, deben estar publicados claramente los objetivos de aprendizaje y
requerimientos de cada programa, los
programas deben ser diseñados de manera coherente, caracterizados por su
continuidad y progresión secuencial, los
programas de pregrado deben incluir las materias catalogadas como humanidades y
ciencias y deben preparar al estudiante para desempeñarse efectivamente en el
mundo en que vive y ser capaz de asimilar los conocimientos específicos de cada
carrera.
Sobre el claustro de profesores se establece que la preparación y
calificación de los profesores debe estar de acuerdo a la naturaleza de sus
tareas y se mide a través de los grados académicos y científicos que ostentan,
su experiencia profesional, sus habilidades para enseñar, sus investigaciones y
resultados. Los profesores deben además de mostrar sus efectividad en el
desarrollo de sus responsabilidades (enseñar).
Los contenidos y métodos de enseñanza deben satisfacer los estándares
académicos y profesionales generalmente aceptados. Los estudiantes deben ser
expuestos a una variedad de profesores, con diferentes puntos de vista, métodos
de enseñanza, etc.
En cuanto a la integridad y transparencia, se expresa la necesidad
que los profesores, administrativos, personal de apoyo, miembros directivos y
estudiantes actúen responsable y éticamente. La información publicada por la
institución en su sitio web tiene que ser accesible y suficiente para que el
estudiante pueda tomar una decisión informada sobre su educación; además debe
proveerse información clara y cierta sobre el proceso de admisión, empleo,
calificaciones, disciplina y consideraciones de las quejas y apelaciones.
Parte II: ¿Qué fue la
Universidad “Trump”?
Trump University LLC (llamada más tarde Trump Entrepreneur Initiative LLC)
fue una compañía fundada con fines de lucro y que operó entre 2005 y 2010. Se
especializaba, supuestamente, en programas de entrenamiento en bienes raíces https://en.wikipedia.org/wiki/Trump_University.
La página web de Trump University no está disponible y en su lugar se puede
encontrar el sitio de Trump Entrepreneur Initiative LLC, http://trumpinitiative.com/, pero esta desactivado. Veamos algunos
testimonios ofrecidos por implicados en los casos que se han llevado a las
cortes de justicia contra la Universidad Trump.
En un artículo de junio 2 de 2016,
escrito por John Cassidy en “The New Yorker” http://www.newyorker.com/news/john-cassidy/trump-university-its-worse-than-you-think se
explica que la oficina del Fiscal General, en repetidas ocasiones, advirtió que
la compañía con fines de lucro fundada, rompía la ley al hacerse llamar
universidad (en el estado de New York las universidades deben poseer una carta
del estado, que no poseía la Universidad Trump, ni estaba acreditada por ningún
ente acreditador independiente). Sencillamente la Universidad Trump operaba
fuera de la ley y gracias exclusivamente al dinero e influencia del magnate
inmobiliario.
Según testimonios de Ronald Schnackenberg, un agente de ventas de la
Universidad Trump: “a pesar que la
institución reclamaba que quería ayudar a los consumidores a hacer dinero en el
negocio de bienes raíces, su verdadero único fin era vender los “paquetes” de
seminarios, lo más caro que fuera posible”. En opinión del mismo Schnackenberg,
“la Universidad Trump era un esquema
fraudulento diseñado para despojar de su dinero a personas no muy jóvenes y con
pobre educación”.
A pesar de que en los anuncios publicitarios se alegaba que Trump había seleccionado
personalmente a los instructores y que podía convertir a cada estudiante en un
inversor exitoso en el área de los bienes raíces; realmente Trump cuidadosamente
a los instructores y él jamás aparecía en las charlas; tampoco había revisado
el currículo de los seminarios y demás cursos. Los materiales presentados eran
preparados por una “tercera empresa” que se dedicaba a preparar charlas para
empresas de “tiempo compartido” y charlas inspiraciones.
Los instructores de Trump University alegaban que tres días no eran
suficientes y alentaban a los incautos a enrollarse en cursos más largos que
costaban 35,000 dólares.
En un artículo en “The National Review”, titulado “Yes, Trump University
was a massive scam” http://www.nationalreview.com/corner/432010/trump-university-scam, se menciona que Trump prometía a los
estudiantes de los seminarios de tres días, que iba a proporcionarles acceso a
prestamistas o financistas privados. Eso nunca ocurrió.
El “Playbook” usado por los presentadores de la Universidad Trump dejaba
claro que el primer y más importante requisito para cualificar para inscribirse
en Trump University era: tener una
tarjeta de crédito válida y pagar todo.
En artículo publicado en “The New York Times”, titulado: “Former Trump
University Workers Call the School a ‘Lie’ and a ‘Scheme’ in Testimony” http://www.nytimes.com/2016/06/01/us/politics/donald-trump-university.html?_r=0, un agente de eventos de Trump
University, llamada Corrine Sommer cuenta que sus colegas aconsejaban a los
potenciales estudiantes a abrir cuantas tarjetas de crédito pudieran con tal de
que se matricularan en las clases que se ofrecían; incluso cuando sabían que estos
potenciales estudiantes no podrían soportar la avalancha de pagos por concepto
de esas tarjetas de crédito.
Parte III. Conclusiones.
1.
Es
evidente que la institución creada por Trump usaba de manera ilegal el título
de Universidad, no contaba con la acreditación requerida y los cursos que
ofrecía no eran transferibles a ninguna otra institución de enseñanza superior
en todo el mundo.
2.
No había
programas de estudios bien diseñados y que funcionaran de manera sistémica.
3.
Los
profesores carecían del conocimiento necesario en el campo de los bienes raíces.
4.
Las
charlas eran más motivacionales y encaminadas a que los estudiantes se
enrolaran en nuevos cursos, que realmente presentaciones técnicas para
incrementar las habilidades de los estudiantes, como futuros inversores en el
campo de los bienes raíces.
5.
El
Sr. Trump no participaba de manera activa en las actividades, a pesar de que
esa era una de las promesas.
6.
Se
alentaba a los estudiantes a manejar sus finanzas de manera irresponsable, bajo
la promesa de que verían sus ingresos multiplicados en muy corto tiempo.
Es evidente que la Universidad Trump fue una
estafa y que debido a eso y a pesar de los millones e influencia política del
Sr. Trump, no ha podido silenciar los reclamos de miles de víctimas de su esquema
de fraude.
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