martes, 23 de diciembre de 2014

Quinientos metros hacen la diferencia: El estadio de fútbol propuesto por Beckham vs el “Skyrise” de Miami.






Para nadie es un secreto que el fútbol, o soccer como como lo llaman por estos lares, gana cada vez más adeptos en los Estados Unidos y por supuesto en nuestro controvertido y siempre impredecible Sur de la Florida.


El 11 de agosto de 2014, “El Nuevo Herald” reportaba que se habían vendido cerca de 75,000 localidades en el “Sun Life Stadium” para el amistoso Colombia – Brasil (http://www.elnuevoherald.com/deportes/article2038300.html). No era de extrañar semejante concurrencia. Desde hace años el Sur de la Florida se ha ido poblando de inmigrantes provenientes de Colombia, Venezuela, Argentina, Brasil, Guatemala, México, Rusia, entre otros países, donde el fútbol es pasión y parte esencial de la cultura y la identidad de sus habitantes.


Ante semejante realidad indiscutible, un grupo de hombres con “olfato” para los negocios y encabezados por el ex jugador y astro del fútbol inglés y mundial, David Beckham, pusieron sus ojos en Miami para abrir una nueva franquicia de la Major League of Soccer. La MLS es una liga deportiva que está en plena expansión, aprovechando el éxito e impacto mediático de jugadores como Tim Howard, Clint Dempsey, Jozy Altidore o Landon Donovan. ¿Podría alguien dudar de que el prestigio del “Spice Boy” iba a atraer a importantes figuras del fútbol mundial?  (http://www.elconfidencial.com/deportes/futbol/internacional/2014-05-22/el-estadio-del-club-de-beckham-de-la-mls-ya-tiene-ubicacion-una-zona-aun-inexistente_134310/).


El sitio elegido, en primera instancia, para erigir la obra no era verdaderamente adecuado. Justo en el puerto, realmente podría interferir un poco con las operaciones de las líneas de cruceros y la seguridad del lugar. Aparentemente el grupo Beckham entendió esto rápidamente y decidieron proponer un sitio contiguo al American Airlines Arena. Esto implicaba el relleno de una franja de agua entre el llamado parque de los museos y el American Airlines Arena (http://www.martinoticias.com/content/beckham-estadio-miami-nuevo-proyecto-futbol-/35399.html).


Esta franja de agua, como puede apreciarse en la vista aérea siguiente, no es precisamente un reservorio de vida silvestre, más bien luce como “charco” contaminado.






Nuevamente el astro inglés encontró trabas y alegaciones de que si ya se habían hecho en el pasado muy malos negocios en el apoyo a la construcción de estadios (dígase el Marlis Park y el American Airlines Arena); se adujo, también, que un estadio en ese sitio congestionaría aún más el tráfico en el Down Town de Miami.


Conclusión, quisieron mandar al “Spice Boy” y su comitiva hacia la pequeña Habana, cerca del Marlins Park, donde encontrar un parqueo o solo manejar por las calles se torna una odisea digna de ser narrada por Homero. El “team” Beckham no estuvo de acuerdo con esa oferta.


Han pasado meses y lo del Estadio de fútbol parece como que se ha ido apagando, a pesar de que Beckham había prometido que los 250 millones de dólares necesarios iban a proveer de fondos privados (http://www.elmundo.es/internacional/2014/05/20/537bc1cb22601df21c8b4577.html).


El proyecto arquitectónico, realmente hermoso, supongo se empolva en alguna gaveta y al no escuchar nuevos comentarios acerca de Beckham y si idea me he preguntado si sigue negociando o se ha decidido por otros lares.




 


A solo quinientos metros (como nos muestra la medición hecha con Google Maps) otro grupo de desarrolladores ha corrido mejor suerte. Se trata del “Skyrise” de Miami.




Una especie de rascacielos que se elevaría justo detrás del Bayside Marketplace y que con inusual diseño incluiría lujoso restaurant, salón de baile y otras atracciones. El desarrollador estimaba el costo del proyecto entre 400 y 500 millones (http://www.elnuevoherald.com/noticias/sur-de-la-florida/article2028322.html).




Todos pudimos escuchar a través de la radio al alcalde de Miami, Tomás Regalado, haciendo campaña a favor del proyecto y prometiendo que ningún fondo público se emplearía,… al contrario, este proyecto sería una verdadera bendición que llenaría las arcas de Miami.


En honor a la verdad, no creo que el papel de Regalado como alcalde sea participar de anuncios de campaña respaldando proyectos que van a ser llevados a referendo… Pero pasemos este “pequeño” detalle ético por alto, pues cosas peores se han visto en nuestro Macondo surfloridano. 


El proyecto fue aprobado en el referendo y a los pocos días despertamos con la noticia de que la empresa constructora -Berkowitz Development Group- hacía tiempo había pedido al Condado 10 milloncitos de dólares para su proyecto innovador y “ventajoso” para los ciudadanos de esta ciudad. 


A esa hora nadie sabía nada. Aparentemente los planes de Berkowitz habían estado más custodiados que la información que almacena la CIA o la NSA, pues ninguno de nuestros políticos “supo” hasta después del referendo la petición de dinero de los contribuyentes.


Hace pocos días la Comisión del Condado Miami Dade dio luz a la entrega de 9 millones de dólares públicos para este proyecto “privado” (http://www.diariolasamericas.com/4842_locales/2845406_miami-dade-aprueba-9-millones-de-fondos-publicos-para-el-skyrise.html).


Al meditar sobre estos dos sucesos un grupo de preguntas vienen a mi mente:


¿Es legal asegurarle a los votantes que no se invertirán fondos públicos en un proyecto y una vez aprobado, cambiar las reglas del juego y obsequiarle 9 millones (y creo es solo el principio) a un multimillonario?


¿Engañaron al alcalde Regalado? ¿Por qué el alcalde Gimenez al escuchar los comerciales que pasaba la radio cada diez minutos no salió a aclarar que había una petición de fondos públicos?


¿No tiene la comisión de Miami Dade mejor manera de invertir los fondos públicos? ¿No hay otras zonas de este condado que necesitan que se potencie su desarrollo y se generen empleos a ver si de ese modo se disminuye la pobreza y la delincuencia?


¿Cómo explicar que el Estadio de Beckham era una amenaza al tráfico del Down Town y al medio ambiente en la ya muy contaminada bahía y el famoso Skyrise no lo es? ¿De qué modo diferente tienen concebido manejar el embotellamiento de tráfico, producto del Skyrise, cuando ambos lugares se encuentran separados a poco más de medio kilómetro? 


¿A qué se dedican los abogados y burócratas, que trabajan para la ciudad y el condado, que ganan decenas cientos de miles de dólares de salario anual y jugosos beneficios, todos pagados por ciudadanos exprimido a la saciedad a través de impuestos, peajes, parquímetros y cuanta maquiavélica forma de extraer dinero exista? ¿Cómo es que estos abogados que pagamos nosotros para que nos representen, no logran hacer un solo acuerdo beneficioso para sus empleadores (nosotros, los residentes de “Macondo Dade”)?


Por último: ¿Si Beckham descubre los caminos secretos por los que transitó Berkowitz, tal vez podría lograr que aprueben su Estadio y hasta de paso le regalen un poco de todo ese dinero que aparentemente nos sobra a los residentes de Miami?


Ojo “Spice Boy”, Berkowitz es tu hombre, él sabe manejar los hilos de nuestras marionetas,… que digo,.. políticos Macondianos.